La medicina interna atiende aquellas patologías que afectan a diversos órganos del cuerpo. Asimismo, se ocupa de las enfermedades sistémicas: es decir, de aquellas afectaciones que alteran diferentes partes del organismo.


El internista realiza la función de diversos especialistas y evita que los tratamientos se superpongan entre ellos, esto es fundamental en el caso de la medicación. De hecho, si no hay control, los medicamentos pueden interactuar y causar efectos nocivos. De todas formas, el internista cuenta siempre con el apoyo y las opiniones del resto de especialistas.

El médico internista es capaz de diagnosticar y tratar enfermedades, raras, complejas y graves, debido a su conocimiento y su experiencia. Por esto, es muy recomendable que tu médico de cabecera, sea un médico internista y que acostumbres acudir a consulta al menos una vez al año.